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Clásicos de la Literatura

01. Cantar de Mío Cid

Poema épico, se trata del texto más representativo del arte de los juglares españoles de la edad media. El poema fue escrito por primera vez en 1110, inmediatamente después de sucedidos los hechos a los que se refiere. El poema, dividido en tres partes o cantares, narra el injusto destierro y las aventuras del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar. El tema del deshonor y la recuperación de la honra, constituyen el eje central de la obra que describe la mentalidad y los valores éticos de la época. Muchos de los personajes y hechos que nos muestra están atestiguados lo cual le confiere un gran valor histórico. Habiendo perdido su honor tras ser acusado de robo, el Cid dedicará los últimos años de su vida a recuperar la honorabilidad conquistando los reinos moros del sur de la Península. Una obra maestra gracias a episodios tan vibrantes como la conquista de Valencia o la traición de los infantes de Carrión y a su estilo excepcional.

02. Libro del Buen amor

El Libro de Buen Amor es, por su originalidad, la obra más sorprendente y representativa de la literatura medieval española. Bajo el esquema de una ficticia autobiografía amorosa, el autor retrata una época tolerante y plural que revela el conflicto latente entre la diferentes culturas que convivían entonces en la península ibérica. Su extensión, la variedad de los géneros que Juan Ruiz entrelaza y la maestría con la que unifica la sátira, el tono religioso o el profano, convierten esta obra en una extraordinaria mezcla de tradiciones literarias, de lenguajes y de historias producto de la imaginación y recopilación de su autor. Las dificultades de transmisión e interpretación e literal del texto del Libro de buen amor, las penumbras que envuelven al autor, al título y a la fecha de composición han hecho que la obra haya sido objeto de las más variadas interpretaciones. El hilo argumental del relato no es fácil de seguir en una primera lectura. El abrupto fluir del sistema narrativo, auténtico rosario de episodios, produce en el lector actual la sensación de andar perdido en un universo literario que le es ajeno.


03. Lazarillo de Tormes

La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, constituye una de las grandes creaciones artísticas en el decurso de la letras españolas, tanto por su propia entidad como por su trascendencia. Apareció en 1554 en tres ediciones casi simultáneas de Burgos, Alcalá y Amberes; su autor -se ha dicho- dio con una forma narrativa que fundaría el género picaresco cuando, medio siglo después, Mateo Alemán decide adoptar las líneas fundamentales del esquema del Lazarillo para escribir su Guzmán de Alfarache, y cuando, con ambas obras a la vista, otros narradores deciden reiterar los mismos rasgos constructivos esenciales. El presente texto se remonta a los de 1554, teniendo en cuenta las variantes críticas propuestas por los editores modernos que parecen preferibles. El Lazarillo de Tormes cuenta las peripecias de un joven pícaro en la España del siglo XVI. Lázaro de Tormes ejerce de criado de los más disímiles personajes: un ciego, un escudero, un fraile, un capellán o un alguacil. Cada personaje encarna un tipo posible de vida en un mundo cruel descrito con profunda ironía. Fue editada incompleta hasta el siglo XIX. Prohibida por la Inquisición, su autoría se atribuye diferentes personajes como el monje Juan de Ortega, el dramaturgo Sebastián de Orozco y el humanista Diego Hurtado de Mendoza.


04. Novelas ejemplares

Un noble y una gitanilla se enamoran y se enfrentan a la sociedad en la que habitan, un licenciado cae en la locura y se cree todo de vidrio, dos pícaros aprenden los trucos de la supervivencia, un anciano trata de esconder a su joven esposa pero los celos le consumen, dos perros entablan una larga conversación donde sus amos no salen muy bien parados. Un retablo de personajes que retratan al Siglo de Oro español y captan el espíritu de aquella época. La libertad y ejemplaridad, el carácter experimental, la capacidad para hacer verosímil lo inverosímil, para despertar y mantener la atención del lector son algunos de los elementos que conforman el marco implícito de unión de las Novelas ejemplares. En ellas, Cervantes sometió a renovación todas las formas narrativas existentes, y de su esfuerzo consciente de reflexión, asimilación e innovación creativa nace la novela moderna. Publicadas en 1613, las obras breves que responden al nombre de Novelas ejemplares son doce novelas cortas que siguen el modelo establecido en Italia y cierto carácter didáctico y moral. Cervantes se jactaba en el prólogo de haber sido el primero en escribir en castellano este tipo de relatos que hoy nos siguen atrapando con su ingenio y sus visiones costumbristas.


05. El alcalde de Zalamea

Si “El alcalde de Zalamea” se ha mantenido a lo largo de los siglos como la más popular comedia calderoniana, es, sin duda, porque su protagonista, Pedro Crespo, encarna de modo formidable el sentimiento del honor como síntesis de la dignidad humana. Pero no bastaría ese único mérito para garantizar la universalidad de una obra que incide en un tema tópico, a fuerza de verosímil, en el Siglo de Oro español. Es el arte el que salva la comedia y la hace cada vez más viva. El rigor de los conceptos, polarizados entre Razón y Naturaleza, se encarna en una estructura dramática de gran claridad y enorme riqueza simbólica. Tejida en torno al tema del honor, El alcalde de Zalamea es, junto con La vida es sueño, la obra más popular de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681). Ficción, tradición literaria, folclore e historia libremente tratada se entremezclan en un drama en el que, sin embargo, se reflejan algunos de los conflictos sociales de una sociedad en crisis, como la España del siglo XVII. Con todo, y como toda gran obra literaria, la obra trasciende las coordenadas temporales y va más allá de un drama de honor campesino para hablar de temas universales, como la justicia, la venganza, la libertad o la dignidad humana.

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